top of page

Cómo Superar una Mala Racha en el Trabajo: Guía para Recuperar el Rumbo

  • Foto del escritor: Moni Sedas
    Moni Sedas
  • 13 may
  • 4 Min. de lectura

Cuando el Trabajo Pesa


Todos hemos pasado por esos días en los que levantarse para ir al trabajo se siente como escalar una montaña. A veces, esas sensaciones no duran un par de días, sino semanas o incluso meses. Las malas rachas laborales son más comunes de lo que parece, pero rara vez se hablan con honestidad.

En esta entrada de blog vamos a explorar Cómo Superar una Mala Racha en el Trabajo: Guía para Recuperar el Rumbo, te comparto una guía clara y empática para identificar, atravesar y superar una mala racha profesional. No se trata de fórmulas mágicas, sino de pasos reales para reconectar contigo, tu propósito y tus fortalezas.

Ilustración persona estresada
Las malas rachas son normales y se puede salir de ellas

Entender la Mala Racha


¿Qué es una mala racha laboral?

Una mala racha en el trabajo no siempre significa que odias tu empleo o que debes renunciar de inmediato. Puede manifestarse como:

  • Una pérdida de motivación constante.

  • Sensación de estancamiento profesional.

  • Conflictos con compañeros o jefes.

  • Falta de reconocimiento o claridad en tu rol.

  • Cansancio emocional o físico prolongado.

Reconocerla es el primer paso para salir de ella. Ignorarla, en cambio, puede cronificar el malestar y hacerte sentir atrapado.


¿Por qué nos sucede?

Las causas pueden ser múltiples: estrés acumulado, cambios en la estructura de la empresa, carga de trabajo desproporcionada, falta de sentido en lo que haces, entre otras. A veces, una sola situación crítica detona el bajón emocional, pero otras veces son pequeñas cosas acumuladas que terminan por sobrepasarte.


Darle Espacio a lo que Sientes


Validar tus emociones

No necesitas justificar lo que sientes para que sea válido. Sentirse frustrado, cansado, triste o enojado por el trabajo no es sinónimo de debilidad. Es humano. Lo importante es darte el espacio para identificar y nombrar esas emociones.

Ejercicio práctico: Pregúntate cada día durante una semana: ¿Qué estoy sintiendo hoy en el trabajo? ¿Qué me lo está causando?

Escribirlo te permitirá tomar distancia y comenzar a encontrar patrones.


No te aísles: comparte tu malestar

Hablar con alguien —un amigo, colega de confianza, mentor o terapeuta— puede ser profundamente liberador. Compartir no solo alivia la carga, también te ayuda a ver nuevas perspectivas que quizás no habías considerado.


Hacer una Evaluación Realista


Diferenciar lo que puedes cambiar de lo que no

Una de las claves para recuperar el control es identificar los elementos que dependen de ti. Puedes cambiar tu actitud, tus hábitos y tus decisiones, pero no siempre puedes cambiar a tu jefe, tus compañeros o la estructura de tu empresa.

Ejercicio: Haz dos listas: Lo que puedo cambiar. Lo que no depende de mí.

Luego enfoca tu energía solo en la primera. Soltar lo demás es un acto de salud mental.


Revisa tu entorno laboral


A veces el problema no eres tú, sino el entorno. ¿Tu empresa promueve la colaboración o la competencia tóxica? ¿Recibes apoyo y feedback, o estás navegando solo? Si el ambiente es crónicamente negativo, puede que estés en el lugar equivocado.


Reconectar con tu Valor y Tu Propósito


Recuperar tus logros

Las malas rachas tienden a nublar todo lo positivo que has hecho hasta ahora. Vuelve a mirar tu historia con objetividad. ¿Qué has logrado? ¿Qué proyectos salieron bien? ¿En qué momentos sentiste orgullo por tu trabajo?

Haz esto: Crea una línea de tiempo de tu vida profesional e incluye: Logros grandes y pequeños. Reconocimientos recibidos. Momentos en los que ayudaste a alguien.

Este ejercicio no solo levanta el ánimo, sino que te recuerda que ya superaste desafíos antes… y puedes hacerlo de nuevo.


Redefinir el propósito

No siempre podemos cambiar de empleo de inmediato, pero sí podemos reconectar con lo que nos mueve. A veces basta con cambiar el enfoque: ¿Por qué haces lo que haces? ¿Cómo tu trabajo impacta en otros?

Encuentra un “para qué” más profundo que simplemente cumplir tareas.


Tomar Acción (Aunque Sea en Pequeño)


Establece microobjetivos

Cuando estás emocionalmente agotado, pensar en grandes cambios puede paralizarte. Por eso, los microobjetivos son tan poderosos. En lugar de “quiero que todo cambie”, piensa:

  • Hoy voy a completar esta tarea.

  • Esta semana voy a tener una conversación pendiente.

  • Este mes voy a pedir feedback.

Pequeños pasos te devuelven la sensación de avanzar.


Mejora tu entorno inmediato

Organiza tu escritorio, personaliza tu espacio, revisa tus rutinas. A veces, pequeños cambios físicos ayudan a recuperar claridad y energía.

Un entorno caótico muchas veces refleja un estado mental agitado. Ordenar afuera puede ayudar a ordenar dentro.


Priorizar el Autocuidado (Sí, Aunque Estés a Full)


El cuerpo también trabaja contigo

Dormir bien, comer con regularidad y moverte al menos 20 minutos al día impacta directamente en tu capacidad de gestionar el estrés. No necesitas correr una maratón: una caminata al aire libre ya marca la diferencia.


Desconectar realmente

Si al salir del trabajo sigues revisando correos o pensando en pendientes, no estás descansando. Establece límites claros. El descanso no es un lujo, es parte del trabajo.


¿Y si es Momento de Cambiar?


Señales de que podrías necesitar un nuevo rumbo

Hay veces en que una mala racha no es solo eso, sino una señal de que necesitas un cambio más profundo. Algunas señales incluyen:

  • Estás crónicamente desmotivado, incluso después de descansar.

  • Sientes que ya no aprendes ni creces.

  • Tus valores están en conflicto con los de la empresa.

  • Experimentas síntomas físicos de estrés (insomnio, fatiga, ansiedad).

En esos casos, quizás sea momento de considerar seriamente un nuevo camino profesional.

No tomes decisiones impulsivas, pero tampoco minimices lo que sientes.


Conclusión - Cómo Superar una Mala Racha en el Trabajo: Guía para Recuperar el Rumbo

Atravesar una mala etapa en el trabajo puede parecer una tormenta interminable, pero lo cierto es que todas las tormentas pasan. Lo importante es no quedarte quieto bajo la lluvia, sino moverte con propósito, aunque sea a pasos pequeños.

Respeta tus tiempos, valida lo que sientes, pide ayuda y actúa. A veces, superar una mala racha no se trata de cambiarlo todo, sino de recuperar la conexión contigo mismo, tu valor y tu propósito.


 
 
 

Comentários


Grupo Estanco

© Grupo Estanco S.A. de C.V. 2025

bottom of page